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viernes, 6 de julio de 2012

El increíble jonrón 400 de David Ortiz

David Ortiz llegó a 400 jonrones el 4 de Julio y a sus 36 años de edad, el Big Papi perfectamente puede aspirar al medio millar de bambinazos.
Con 400 vuelacercas, Ortiz se convirtió en el sexto dominicano en llegar a esa cifra, sólo superado por Alex Rodríguez (642), Sammy Sosa (609), Manny Ramírez (555), Albert Pujols (458) y Vladimir Guerrero (449).
Aunque al quisqueyano aún le queda gasolina en el tanque para algunas temporadas más, ya puede comenzar a debatirse si el Big Papi será merecedor, cinco años después que ponga fin a su carrera, de un lugar en el Salón de la Fama de Cooperstown.
Hasta hace unos años, llegar a 500 cuadrangulares significaba acuñar sin discusión el pasaporte para el Templo de los Inmortales.
Los 400 jonrones era debatible, aunque hay 77 miembros del Salón de la Fama que nunca llegaron a esa cantidad de batazos de cuatro esquinas.
Pero desde que se comenzó a tomar en serio la lucha contra el uso de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo, ya no existe una cantidad que marque claramente esa frontera, como lo hicieron los 500 jonrones o los 3,000 hits hasta no hace mucho tiempo atrás.
Sammy Sosa, Mark McGwire y Rafael Palmeiro pueden dar fe de ello. Incluso Barry Bonds, líder de todos los tiempos en vuelacercas (762), podría no llegar jamás a Cooperstown, pues su nombre es de los primeros que vienen a la mente cuando se habla de esteroides en el béisbol. Más allá de sus números, que incluyen además 1,117 carreras anotadas, 1,321 impulsadas, 480 dobletes y mil bases por bolas recibidas, Ortiz ha demostrado una capacidad de liderazgo como pocos peloteros de su generación, aunque ese es un intangible que no lo recoge las estadísticas. Cuando el Big Papi entra al clubhouse de los Medias Rojas de Boston, se siente en el ambiente un algo especial, reservado sólo para los elegidos.
Hay incluso jugadores con números muy superiores que no provocan ese magnetismo en los vestidores. Es algo que no se puede medir en cifras. Punto.
Pero el nombre de David Ortiz también se ha mencionado asociado a los esteroides, presumiblemente a partir de su llegada a Boston, donde se juntó al indeseable de Manny Ramírez.
Llama la atención que en sus primeros años, en Minnesota, Ortiz bateó 48 jonrones en 1,477 veces al bate, lo que le daba una frecuencia de un bambinazo cada 30.7 visitas al plato.
En cambio, llega a los Medias Rojas y empieza a pegar un cuadrangular cada 14.7 turnos.
Pero aunque las sospechas existen y las evidencias apuntan a que el Big Papi anduvo en cosas no muy limpias e incluso podría estar en la famosa lista de 103 peloteros del informe Mitchell, también merece el beneficio de la duda.
Cuando le llegue el momento para ser elegible para el Salón de la Fama, cinco años después de que termine su carrera, ya veremos qué pesa más en el criterio de los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA), si las estadísticas de lujo y su carismático liderazgo o los rumores y las sospechas de dopaje.

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