Tim Duncan fue profético en 2007. Todavía sudado y con el trofeo Larry O’Brien sostenido en sus manos, el laureado ala pivot de los Spurs de San Antonio le dijo a alguien: “Algún día la liga te pertenecerá”.Ese que escuchó a Duncan en aquel momento era LeBron James, quien con 22 años ya probaba el amargo sabor de una barrida en la final de ese año jugando para los Cavaliers de Cleveland, la franquicia que le escogió como primera selección en el sorteo de novatos de 2003.
Lebron tardó cinco años en hacerle honor a esas palabras y ocho temporadas después, ya tiene, entre otras cosas, un campeonato y tres premios al Jugador Más Valioso.
Desde la escena de Duncan y LeBron sucedieron cosas quizás jamás pensadas, como la salida de James de los Cavaliers en 2010 y todo lo negativo que esa decisión, como aluvión, acarreó consigo.
Fue claramente atacado por todos los costados (fanáticos, ejecutivos, coaches, jugadores) y cuando se cansaba de recibir flechas envenenadas respondía y empeoraba las cosas, como esa vez, cuando como un miembro de los Heat de Miami falló en conseguir su primer título en las finales de la estación pasada ante los Mavericks de Dallas y pronunció unas palabras en contra de los fánaticos que reflejaron toda su amargura.
Es que en el verano de 2010 Miami había formado su “Gran Trío”, con LeBron, Chris Bosh y Dwayne Wade, quien ya había probado las mieles de una corona en la estación de 2005-06, y todos se cifraron grandes esperanzas.
No salió bien la primera vez, pero en esta ocasión LeBron y sus Heat llegaron a la final y no defraudaron al sacar de la cancha al favorito Thunder de Oklahoma, que nunca se vio como la amenaza que fue en la anterior contienda regular y en toda la postemporada.
Oklahoma sencillamente no pudo con LeBron, quien finalmente entró al círculo de los grandes de siempre y, mejor aún, es dueño de un futuro prominente con tan solo 27 años.
“Acabo de pellizcarme”, escribió James en su cuenta de Twitter “Soy campeón, soy campeón”, agregó. El nativo de Akron, Ohio, fue declarado a unanimidad el MVP de la final después de liderar a sus Heat en las categorías más importantes: puntos, rebotes y asistencias. Solo Magic Johnson (1987) y Duncan (2003) habían realizado esa proeza. Semanas atrás él también fue recipiente de esa distinción en la temporada regular, algo que le convirtió en el primer jugador, que en los últimos nueve años recoge ambos honores en una misma temporada. Duncan fue el último en lograrlo en la contienda regular de 2002-03.
James terminó los playoffs con 30,5 puntos, 9,7 rebotes, 5,3 asistencias y un 50,1% en tiros de campo, una actuación que le reúne con la crema y nata de la NBA. Su anillo de campeón parece ser el primero de muchos, sobre todo si se mantiene en Miami, donde los tres jugadores de mayor importancia están firmados a largo plazo.
Mostró madurez
James también demostró cierta madurez y fue visiblemente otro jugador desde que se vio amenazado por los Celtics de Boston, quienes pusieron a los Heat al borde de la eliminación (3-2) en la final de la Conferencia Este hasta que LeBron apareció con aquella mirada asesina y con el ceño fruncido una y otra vez.
Desde entonces fue otro jugador, que supo responder durante los 48 minutos de los encuentros, nada mal para un hombre que fue agriamente criticado por su incapacidad de responder en los momentos apremiantes del último cuarto. Su juego fue imparable y sus penetraciones marcaron la pauta en la ofensiva repartida de los Heat y ni hablar del gran desprendimiento cuando de pasar el balón se trataba, tanto que hasta el emblemático exdirigente Phil Jackson reconoció esa gran capacidad del corpulento jugador. Pero si bien James amenaza con instaurar una monarquía en el sur de la Florida, parece claro también que tendrá que luchar con Kevin Durant y sus jóvenes Thunder, que conservan todo el potencial por regresar a la final en la próxima campaña.
Michael Jordan, para muchos el mejor jugador que haya tenido el baloncesto, ganó el primero de seis anillos a los 27 años, la misma edad que LeBron. Quizás eso diga algo, quizas James ya lo sabe.
Lebron tardó cinco años en hacerle honor a esas palabras y ocho temporadas después, ya tiene, entre otras cosas, un campeonato y tres premios al Jugador Más Valioso.
Desde la escena de Duncan y LeBron sucedieron cosas quizás jamás pensadas, como la salida de James de los Cavaliers en 2010 y todo lo negativo que esa decisión, como aluvión, acarreó consigo.
Fue claramente atacado por todos los costados (fanáticos, ejecutivos, coaches, jugadores) y cuando se cansaba de recibir flechas envenenadas respondía y empeoraba las cosas, como esa vez, cuando como un miembro de los Heat de Miami falló en conseguir su primer título en las finales de la estación pasada ante los Mavericks de Dallas y pronunció unas palabras en contra de los fánaticos que reflejaron toda su amargura.
Es que en el verano de 2010 Miami había formado su “Gran Trío”, con LeBron, Chris Bosh y Dwayne Wade, quien ya había probado las mieles de una corona en la estación de 2005-06, y todos se cifraron grandes esperanzas.
No salió bien la primera vez, pero en esta ocasión LeBron y sus Heat llegaron a la final y no defraudaron al sacar de la cancha al favorito Thunder de Oklahoma, que nunca se vio como la amenaza que fue en la anterior contienda regular y en toda la postemporada.
Oklahoma sencillamente no pudo con LeBron, quien finalmente entró al círculo de los grandes de siempre y, mejor aún, es dueño de un futuro prominente con tan solo 27 años.
“Acabo de pellizcarme”, escribió James en su cuenta de Twitter “Soy campeón, soy campeón”, agregó. El nativo de Akron, Ohio, fue declarado a unanimidad el MVP de la final después de liderar a sus Heat en las categorías más importantes: puntos, rebotes y asistencias. Solo Magic Johnson (1987) y Duncan (2003) habían realizado esa proeza. Semanas atrás él también fue recipiente de esa distinción en la temporada regular, algo que le convirtió en el primer jugador, que en los últimos nueve años recoge ambos honores en una misma temporada. Duncan fue el último en lograrlo en la contienda regular de 2002-03.
James terminó los playoffs con 30,5 puntos, 9,7 rebotes, 5,3 asistencias y un 50,1% en tiros de campo, una actuación que le reúne con la crema y nata de la NBA. Su anillo de campeón parece ser el primero de muchos, sobre todo si se mantiene en Miami, donde los tres jugadores de mayor importancia están firmados a largo plazo.
Mostró madurez
James también demostró cierta madurez y fue visiblemente otro jugador desde que se vio amenazado por los Celtics de Boston, quienes pusieron a los Heat al borde de la eliminación (3-2) en la final de la Conferencia Este hasta que LeBron apareció con aquella mirada asesina y con el ceño fruncido una y otra vez.
Desde entonces fue otro jugador, que supo responder durante los 48 minutos de los encuentros, nada mal para un hombre que fue agriamente criticado por su incapacidad de responder en los momentos apremiantes del último cuarto. Su juego fue imparable y sus penetraciones marcaron la pauta en la ofensiva repartida de los Heat y ni hablar del gran desprendimiento cuando de pasar el balón se trataba, tanto que hasta el emblemático exdirigente Phil Jackson reconoció esa gran capacidad del corpulento jugador. Pero si bien James amenaza con instaurar una monarquía en el sur de la Florida, parece claro también que tendrá que luchar con Kevin Durant y sus jóvenes Thunder, que conservan todo el potencial por regresar a la final en la próxima campaña.
Michael Jordan, para muchos el mejor jugador que haya tenido el baloncesto, ganó el primero de seis anillos a los 27 años, la misma edad que LeBron. Quizás eso diga algo, quizas James ya lo sabe.
Un visionario ilustre vuelve a hacerlo
Pat Riley, el presidente de los Heat, entró en un grupo élite de figuras de la liga que han ganado como dirigentes y como altos ejecutivos. Riley ganó cuatro anillos como coach de los Lakers y otro en ese mismo rol con los Heat (2005-06).
La leyenda urbana dice que esos anillos fueron la razón que motivaron a James a firmar con los Heat en 2010. Red Auerbach es el otro que ha ganado en ambas funciones. Jerry West, Danny Ainge, Joe Dumars ganaron como jugadores y como ejecutivos.
La leyenda urbana dice que esos anillos fueron la razón que motivaron a James a firmar con los Heat en 2010. Red Auerbach es el otro que ha ganado en ambas funciones. Jerry West, Danny Ainge, Joe Dumars ganaron como jugadores y como ejecutivos.
LOS EXPERTOS
Frank Prats
Exjugador dominicano
“LeBron logró en esta temporada solidificar lo que todo el mundo ya sabía, que es el jugador más completo de la liga. Es el jugador que domina el partido, que pone a producir a sus compañeros y por eso le otorgaron el título de Jugador Más Valioso”.
Exjugador dominicano
“LeBron logró en esta temporada solidificar lo que todo el mundo ya sabía, que es el jugador más completo de la liga. Es el jugador que domina el partido, que pone a producir a sus compañeros y por eso le otorgaron el título de Jugador Más Valioso”.
Vinicio Múñoz
Exjugador dominicano
“Todavía LeBron debe demostrar un poco más. Hay personas que quieren quitarle mérito a su carrera, que lo quieren detractar. Aunque rompió varios récords e hizo de todo, entiendo que aún le falta más. En el baloncesto, lo que haces en un día, al día siguiente se olvida”.
Exjugador dominicano
“Todavía LeBron debe demostrar un poco más. Hay personas que quieren quitarle mérito a su carrera, que lo quieren detractar. Aunque rompió varios récords e hizo de todo, entiendo que aún le falta más. En el baloncesto, lo que haces en un día, al día siguiente se olvida”.